domingo, 27 de julio de 2014

DÍA 27 MUERTE DE JESÚS

"Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu"
Lc 23,46

INICIO
Al prepararnos para esta contemplación tan especial, frente a nuestro dispositivo electrónico, hacemos ejercicios de respiración para centrarnos; observamos la imagen para que nos conecte con ese momento tan impactante, donde Jesús termina entregando hasta el último aliento al género humano.

Cerremos los ojos un momento y continuemos.

CONTEMPLACIÓN
Lee la crucifixión y muerte de Jesús (Juan 19, 17-37).
Estoy frente a tí, clavado en la cruz, vienen a mí muchos sentimientos de dolor, angustia, impotencia. Me doy cuenta que no soy la única persona que te acompaña, que contempla tu entrega.
Tu madre está aquí, enorme, valiente, estóica, con su alma atravezada no se separa de tí para acompañarte hasta el último segundo de tu vida, desde la encarnación hasta este  segundo. Al abrazarla, lloramos junt@s. Siento que en su abrazo es ella quien me da valor y no yo a ella.

REFLEXIÓN
¿Qué sentimientos afloran más en mí: dolor por mí mismo, por ti, por los demás?
Al verte tan lastimado me pregunto cuantas veces he contribuido a tus heridas, lastimando, humillando a alguien junto a mí o he callado y no he evitado que alguna persona desvalida sea maltratada. Incluyendo a mi propia persona.
Soy indiferente al dolor ajeno, o con esta reflexión me transforma en una persona más comprometida con el prójimo.

COLOQUIO
Gracias Madre por permitir acompañarte, tu cercanía alivia mi dolor. Al mirarte ante este incomparable dolor me da fuerzas. Padre, concédeme la gracia de nunca ser indiferente al dolor ajeno, valentía para mirar y enfrentar mis propios dolores y carencias. Sobre todo, actuar en consecuencia.

Hago silencio para despirme y escucho la canción el diario de María (Martín Valverde)

No hay comentarios:

Publicar un comentario