miércoles, 31 de julio de 2013

31 de 31 días con Ignacio

Ignacio encontró a Dios en todo y en todos.

Por James Martin, SJ

En el corazón de lo que puede parecer una actividad frenética, estaba una relación íntima con Dios, que Ignacio encuentra a menudo difícil poner en palabras. En su diario, se muestran anotaciones minúsculas apiñadas, junto a las notas para la misa diaria. Los estudiosos han llegado a la conclusión, entre otras cosas, los momentos en que lloró durante la misa, abrumado por el amor a Dios.


Ignacio encontró a Dios en todas partes: en los pobres, en la oración, en la misa, en sus compañeros jesuitas, en su obra y, lo más conmovedor, en un balcón de la casa de los jesuitas en Roma, donde le gustaba mirar hacia arriba, en silencio, a las estrellas en la noche. Momento en que derramaría lágrimas con reverente asombro. Sus respuestas emocionales a la presencia de Dios en su vida, desmiente el estereotipo del santo frío.

Ignacio fue un místico que amó a Dios con una intensidad poco común incluso para los santos. Él no era un renombrado erudito como Agustín o Tomás de Aquino, ni un mártir como Pedro o Pablo, ni era un gran escritor como Teresa o Benedicto, y tal vez no una personalidad querida como Francisco o Teresa. Pero él amaba a Dios y amaba el mundo, y esas dos cosas las hizo bastante bien. 


Artículo original de LoyolaPress, traducido por AAP.

 

martes, 30 de julio de 2013

30 de 31 días con Ignacio

El examen, una de mis oraciones favoritas.

   En medio del ritmo diario no siempre hay ocasión para darnos cuenta de todo lo que nos ocurre. Por eso es importante volver la vista atrás y recuperar las palabras, los encuentros, los aciertos y errores, los aprendizajes de cada día... Y es especialmente necesario aprender a descubrir la presencia de Dios en lo cotidiano. Eso es lo que pretendemos al examinar la jornada. No se trata de una revisión para evaluar o juzgar lo vivido, sino para descubrir, en ello, llamadas, lecciones y posibilidades.  
   
   Al revisar la jornada diaria, entramos en conciencia de lo que se vive y como se vive. Se requiere re-visar la vida, re-visar lo vivido, para aprender a reconocer por dónde nos quiere llevar Dios para «dejarnos llevarpor Él», para colaborar con Él o, por lo menos, para no estorbarle.

   Oración de rezandovoy.org para el examen diario (dar click en la imagen)
   
  



lunes, 29 de julio de 2013

29 de 31 días con Ignacio

Magis: fundamento del heroísmo.


Por Chris Lowney



En el libro “Liderazgo Heroico”, Chris Lowney explica el fundamento de heroísmo, el magis, bajo el hecho que los ejercicios espirituales, funcionan como una herramienta de liderazgo: "Por supuesto, el compromiso personal de Loyola fue al servicio cristiano, al empuje de los Ejercicios y su materia es enfáticamente cristiana. Estos funcionan como una herramienta de liderazgo no porque se basan en una visión religiosa del mundo, pero si, debido a que estos contribuyen a la construcción de herramientas personales necesarias para la libre elección a gran alcance y los compromisos humanos exitosos de todo tipo: ya sean metas religiosas, de trabajo, aspiraciones de vida o las relaciones personales. En el transcurso de un mes, los ejercitantes se des-estructuran a sí mismos con el fin de construir bases sólidas personales de auto-conocimiento, de ingenio, de heroísmo y de amor".
Magis

Loyola describe la indiferencia Jesuita de la siguiente manera: "estar preparados como una balanza en equilibrio," es decir, equilibrado para considerar todas las alternativas estratégicas.
No permanecer serenos por mucho tiempo.
En otra meditación, los reclutas se imaginan un rey preparándose para la batalla. Sus ambiciones no son modestas: "Mi voluntad es de conquistar toda la tierra de los infieles." Él emite un llamado a los seguidores: "El que quiera venir conmigo tiene que contentarse con la misma comida que como. . . . Así también cada uno debe trabajar conmigo durante el día y vigilar en la noche. . . para que luego cada uno pueda, tener una parte de mí en la victoria, al igual que cada uno ha compartido en el esfuerzo".
La meditación continúa con "Cristo Rey Eterno" en sustitución del “Rey de la Tierra” y llevando a cabo una similar ambiciosa batalla espiritual. Su causa se describe como lo que vale la pena, por lo que es tan motivador e inspirador que "todos aquellos que tienen el juicio y la razón se ofrecen a sí mismos de todo corazón por este trabajo." Bueno, en realidad, ellos harán más que ofrecerse de todo corazón. La meditación continúa: "Los que desean. . . para distinguirse en el servicio total irán aún más lejos".
¿Ir más allá de servicio de todo corazón? ¿Cómo es eso posible?
Estrictamente hablando, por supuesto, no es posible. Nadie puede dar más que el servicio de todo corazón. Pero al igual que los grandes atletas aprenden a jugar "más allá de sí mismos" en los momentos pico, los Jesuitas aprenden a través de la meditación de los dos reyes y otras como estas, que se puede dar más. Un Jesuita heroico es tanto "meditativo" como "listo para actuar", pero en equilibrio. Y sólo los objetivos heroicos y ambiciosos lo inspiran a surgir. La victoria total es siempre el objetivo. Y la victoria total exige más que compromiso total: se requiere ir más allá de servicio de todo corazón.
Los primeros Jesuitas capturaron este impulso agresivo, esta energía implacable, en una sola palabra-lema sacada de los Ejercicios: magis que proviene del latín “más”. Los Jesuitas se les exhorta a siempre "elegir y desear" la opción estratégica que es más propicia para el "más" de sus objetivos. Pero el simple lema captura un espíritu más amplio, un accionamiento inquieto para imaginar si no hay algún proyecto mayor a ser realizado o alguna mejor manera de atacar el problema actual.
La motivación es personal. Y los ejercicios de meditación transforman objetivos de la empresa Jesuitas en las personales. La meditación de los dos reyes presenta una invitación, no una orden. Aceptando la invitación es una decisión personal. Por otra parte, la meditación metafórica carece de forma específica. No explica lo que uno hace para alcanzar la meta heroica. Ese detalle se presenta en cada recluta dando forma mental de la misión y el magis a sus circunstancias, no sólo durante los ejercicios, sino en toda su vida.
¿Qué será lo que motivará ir más allá del servicio de todo corazón y cómo lograrlo?
Pocos pueden responder a esa pregunta. La mayoría ni siquiera se lo han preguntado a sí mismos. Sin embargo, preguntarse a uno mismo y dar con una respuesta, prácticamente garantiza motivación y una visión de compromiso.
Traducción por MARM (artículo original, aquí

domingo, 28 de julio de 2013

LA FRASE DE LA SEMANA

AQUÍ ESTA LA FRASE CORRESPONDIENTE AL EVANGELIO DE HOY PARA REFLEXIONAR TODA LA SEMANA
PARA VER EL EVANGELIO COMPLETO CLIK AQUÍ: Lc. 11,1-13
SALUDOS

28 de 31 días con Ignacio

Contemplativos en acción.



por Andy Otto



Recuerdo un viejo cartel vocación Jesuita que mostraba una caricatura de un Jesuita con su nariz en un libro, mientras estaba serruchando un pedazo de madera con los dientes de un cocodrilo. El texto del cartel decía: "contemplativos en la acción." Esta es una comprensión caricaturesca de lo que significa ser un contemplativo en la acción, donde su intelecto está comprometido al tiempo que trata de hacer el trabajo esencial del mundo. Ser un contemplativo en la acción es más de lo que expresa el cartel y ciertamente no es sólo para intelectuales.

En los Evangelios escuchamos acerca de Jesús y sus discípulos, que se alejaban cada cierto tiempo para orar. Su ministerio no parece que les permitiera mucho tiempo para ello, pero si no hubieran dejado de vez en cuando, sus actividades podrían haberse convertido en un “sin sentido”. Este es el primer paso para ser un contemplativo en acción: parar.

Parar te da la oportunidad de hacer una pausa y reconocer lo que has estado haciendo, ya sea en tu trabajo o vida personal. No sólo te ofrece descanso necesario, pero también te ayuda a moverte a la siguiente etapa: la reflexión.

"Los apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado." (Mc 6,30)

Jesús y los apóstoles hablaban entre sí sobre todo lo que hicieron, oraron y reflexionaron, examinan sus sentimientos y experiencias. Al reflexionar sobre nuestras experiencias diarias y de manera particular las más importantes podemos ahondar en su significado más profundo. Esto se puede realizar de manera individual usando el Examen de Conciencia, o se puede hacer con un grupo en el intercambio intencional de la fe. ¿Qué aprendiste de tu experiencia? ¿Qué podría estar diciendo Dios a través de ellos?

A continuación los discípulos regresaron a su trabajo cotidiano, ya que tenían cosas que hacer. La clave aquí es dejar que tu reflexión y oración te acerquen a tu trabajo cuando vuelva a él. Tal vez descubras la necesidad de más tiempo de descanso o que tú necesitas centrarte más en una relación particular. O tal vez te encuentras con que la actividad que has estado haciendo se ha convertido en insatisfactoria. O tal vez descubres el deseo de dar un nuevo impulso a tu trabajo.

La contemplación nos permite renovar nuestra vida activa (trabajar, jugar, relaciones) de manera que todo lo que hacemos no se convierta en acción sin sentido, sino que glorifique a Dios. A continuación, el ciclo se repite. Tu actividad te lleva de nuevo a un tiempo de parar, descansar, reflexionar y luego regresar a la actividad con mayor celo y finalidad. Ser un contemplativo en la acción significa que tu vida activa alimenta tu vida contemplativa y la vida contemplativa informa a tu vida activa. Eso es la contemplación en medio de la acción y el ciclo nunca termina.

Traducción por MARM (artículo original de LoyolaPress, aquí